El vino es un acompañante ideal para una buena pizza, y cuando lo hacemos convertimos la cena en una cena más especial, con algo más de elaboración y dedicación.
Ahora bien, no debemos pensar que la elección del vino debe ser aleatoria, sino que debemos de ser conscientes de qué tipo de pizza vamos a comer para elegir su acompañante perfecto. Si elegimos bien potenciaremos los sabores de la pizza y podremos disfrutar de una cena exquisita.
Aquí te pasamos una “chuleta” para que siempre sepas qué vino va bien con cada pizza:
Pizza suave, blanco o rosado
Para una pizza suave, sin muchos ingredientes ni especias, por ejemplo, una pizza de jamón de York, marida bien un vino joven, con buena acidez, como podría ser un blanco o rosado
. También un vino espumoso o alguno con un pequeño toque dulce.
Pizza fuerte, tinto
Para una pizza fuerte, elaborada a base de pepperoni a jamón serrano, por ejemplo, marida bien un vino tino con cuerpo y crianza. Especialmente si es aromático y carnoso permitirá apreciar todos los sabores.
Pizza de queso, con crianza
Si quieres disfrutar de una pizza a base de queso necesitas un vino con cuerpo que sea potente. En este caso no importa si es blanco o tinto, pero es importante que tenga crianza. También puede ser una opción decantarte por un vino abocado, es decir, con un toque dulce.
Pizza vegetal, blanco
Para una pizza vegetal el vino perfecto sería uno blanco o rosado. También maridan bien con estas pizzas los vinos espumosos, e incluso aquellos ligeramente dulces.
Pizza de carne, tinto
Para una pizza elaborada con algún tipo de carne, como pollo, ternera o bacon, el vino que mejor marida es un tinto joven, aromático y afrutado, con buena acidez.
Ahora que ya sabes como casar la pizza puedes disfrutar de una cena de cinco estrellas con una buena pizza y su correspondiente copa de vino.